Wednesday, January 18, 2017

El arzobispo comido por ratones

Por Gonzalo A. Luengo O.

En 2016 vi la película 'Vision' de 2009, que relata la vida de Santa Hildegarda de Bingen (http://www.imdb.com/title/tt0995850). En ella, se menciona a una autoridad de la Iglesia que la favoreció, el Arzobispo de Maguncia Enrique I (ca. 1080-1153). Mi inquietud era ver quién era él, pero finalmente terminé viendo una imagen muy extraña de otro Arzobispo de Maguncia rodeado de ratones, ilustrado en la 'Crónica de Nuremberg', que encontré en un sitio web de la Biblioteca Morse del Beloit College. Acá está:


¿Por qué está rodeado de ratones? La respuesta la hallé, entre otros lados, en dos libros en particular:

Primero, todo parte de una leyenda que ha sido llevada en Alemania y el centro de Europa como un cuento folclórico. Una versión de él se puede leer en 'Folk tales from many lands' ('Cuentos folclóricos de muchas tierras') de Lilian Gask de 1910 (está digital una copia de la Universidad de Cornell: https://babel.hathitrust.org/cgi/pt?id=coo1.ark:/13960/t5gb2nq4x).

El cuento es así: Hatto II, Arzobispo de Maguncia de 968 a 970, olvidó casi todo lo espiritual y se dedicó solo a acrecentar su fortuna. Tenía las tierras más ricas del país. Un día, el río se desbordó y arruinó las cosechas de todo el pueblo. Vino una hambruna terrible. La gente se acercó al arzobispo para pedir ayuda, ya que él tenía todo el trigo guardado, pero día tras día y risa tras risa, él les decía que debían solucionar el problema por ellos mismos. Hasta un punto en que les dijo 'mi trigo es demasiado precioso como para dárselo a ratas hambrientas'. Pero las personas no se detuvieron en demandarle ayuda. Hatto estaba muy molesto, así que les dijo que finalmente les daría pan y trigo una noche y que lo esperaran en un granero vacío que tenía. La gente fue al granero y lo esperó ahí. Hatto mentía: después de ofenderlos a través de una ventana y encerrarlos trabando la puerta, mandó a que quemaran el granero. Él disfrutó la escena, viendo a todos muriendo quemados. Esa noche el durmió normalmente. Pero al despertar, una pintura de él hecha por algún prominente artista, se encontraba en el suelo, devorada por ratones. Él vio las marcas de sus pequeños dientes. Ése día, alertado por sus sirvientes, supo que los ratones que estaban en el granero quemado escaparon y se dirigían hacia él. Era algo inusual: un mar de ratones. Él tomo un caballo y salió escapando lejos. Llegó a la orilla del río y tomó un bote hacia un islote que tenía una torre. Entró a la torre pensando que estaría a salvo. Pero a lo lejos, vio cómo su fuerte caballo había sido comido por las ratas. Y los animales venían hacia él cruzando el río. El mar de ratones rodeó la torre y empezaron a parecer en todas direcciones. Pronto, Hatto fue devorado vivo por ratones.

Cruel historia. En el libro 'Fables Respecting the Popes in the Middle Ages' ('Fábulas respecto a papas en la Edad Media', página 63: https://play.google.com/store/books/details?id=Ni3ZAAAAMAAJ&rdid=book-Ni3ZAAAAMAAJ&rdot=1) de Johann J. I. von Döllinger, se explica que en la cultura popular y desde hace siglos, siempre se ha querido retratar a los gobernantes muriendo de forma trágica, particularmente en la horca. En este caso se eligieron los ratones y a un gobernante encerrado en una torre. Esta historia se repite en el folclor constantemente.

La torre sobre el islote fluvial realmente existe en Bingen am Rhein, ciudad en que nació Santa Hildegarda:


Gonzalo A. Luengo O.