Tuesday, August 01, 2017

Perros que te ladran y te quieren morder

Por Gonzalo A. Luengo O.

Un aprendizaje de ayer: como algunos saben, siempre me agrada caminar por vías rurales o algo inhóspitas. Y me salió por primera vez una jauría. Los perros eran unos cinco más o menos. Todos furiosos conmigo. Se me acercaban constantemente y de seguro me morderían. Muy molestos y violentos. Y yo no los miré, solo apunté mis ojos al camino y seguí con la calma que me ha llegado en los últimos años. Y llegué a destino sin rasguño alguno, impecable. En la vida, por más amenazante que sea el perro o la persona y por más que moleste y te increpe así, por una primera impresión como la tuvieron de mí esos animales, mientras sigas tu camino y no los molestes de vuelta, no hay problemas. No vale la pena bloquearlos y tomar otro camino porque todos los caminos tienen problemas, es normal. Hay que seguir igual. Y a veces, nosotros mismos podemos ser como esos perros. Amemos al caminante que con paciencia aguantó que le siguiéramos el paso ladrando y siendo desagradables. Admirémonos de cómo ese caminante no se fue por otro camino y fue sabio al no tirarnos una piedra.

Gonzalo A. Luengo O.